La fábrica de la velocidad
En Alzano Lombardo la sede central no genera dudas ni decepciones. El edificio Polini Motori, diseñado por Joseph Di Pasquale, es una fábrica en su todo su significado etimológico: lo que hace la empresa inspira la obra del arquitecto y las formas arquitectónicas reflejan las actividades de fabricación. Val Seriana está dominado por el complejo Italcementi, cuyo carácter monumental demuestra su importancia social y económica para esta zona, aunque ahora ya no esté en funcionamiento. Construido en 1883, fue la inmensa fábrica de cemento la que asumió el papel de mostrar la modernidad de las instalaciones y su considerable capacidad de producción. La elegancia de las soluciones arquitectónicas para su estructura también era un homenaje a la capacidad humana de inventar y controlar a las máquinas.
Polini Motori sigue las líneas marcadas por la antigua fábrica y, aunque en términos modernos, habla el mismo lenguaje imaginativo y eficaz. El edificio ocupa una zona vagamente trapezoidal, con la zona oblicua paralela a la autopista provincial, que hizo que se situara el mayor volumen en la zona interior y más amplia. Esta decisión determinó la alineación principal del edificio, que sigue la línea de la antigua vía férrea de Val Seriana y la configuración de Italcementi. Al colocar parte de la zona dedicada a fabricación parcialmente bajo tierra, así como la zona de oficinas y el departamento de competición, situados como si se quisiera ocultarlos a la parte que da a la carretera, hizo posible que el complejo, muy grande, con 13.800 m2 utilizados, se acomodara de forma relativamente sencilla a una superficie total bastante modesta (16.000 m2).
Un enorme cilindro de aluminio sirve de techo para el último piso de la zona de oficinas y como frontal del departamento de carrera. Los diferentes usos de los componentes del edificio no son distinguibles desde el exterior; se percibe como un elemento unificado que trae a la imaginación los componentes cromados de una moto. La fachada de la oficina está separada de la estructura del edificio y diseñada como un amplio panel de vidrio ahumado que protege las zonas de trabajo de la luz directa. Esta pantalla se usa para exhibir el logo de la empresa. El nombre se presenta teniendo en cuenta el soporte, con lo que no es únicamente una copia arquitectónica del encabezado del papel de carta o de una página de publicidad. Sobre el muro, el logo de la marca puede cobrar vida para reforzar su vínculo con el producto: la resolución gráfica poco definida se combina con la división de la estructura de carga, que se extiende solo por los componentes horizontales, mientras las páginas se terminan de forma abrupta, sin bordes de contención. La fachada se desliza respecto al edificio, como las ventanas sobre su marco, lo que, junto con el aura que rodea las letras del logo contribuye a darle la impresión de un objeto que pasa velozmente ante nuestros ojos.
De la misma forma, la naturaleza del vidrio también hace su contribución, como si estuviera en suspenso entre la forma sólida y la líquida, gracias a su transparencia y a sus reflejos iridiscentes. También se incluye el color azul pálido del logo, que se asocia con el color de la moderna tecnología electrónica que transforma todas las actividades de fabricación actuales. Pero ese color también evoca el azul del agua y el aire, de elementos que fluyen y envuelven. Cuando cae la noche, el muro sigue llamando la atención sobre su función comunicativa. El edificio no esta iluminado desde el exterior pero, como los vehículos y motores diseñados y construidos en sus talleres, enciende sus faros y se mezcla entre las miles de luces que recorren el asfalto en la oscuridad.
Los espacios ocupados por las oficinas y el departamento de competición están separados por un salto estructural que sirve de punto de expansión y alberga la entrada. Este espacio, de dos metros de ancho y que se extiende en toda la profundidad del edificio, contiene la recepción, las escaleras y el ascensor. La entrada, de dos pisos, y las muchas puertas que se abren a ella, le dan al visitante la idea de una organización compleja y de cómo se han distribuido los espacios de los distintos departamentos. Desde la dirección, situada en el segundo piso, a la administración y los sectores operativos del primer piso. Esta planta se divide entre la división de ventas, la investigación y el diseño que se llevan a cabo en la oficina técnica, proceso y pruebas que se realiza en los laboratorios y las salas de pruebas del departamento de competición. Al diseñar las divisiones de la zona de oficinas, la idea era alentar a la vez la concentración y la participación. Las paredes que separan las distintas actividades son de cristal con estampado gradual que va desde el opaco en la base a la transparencia total a aproximadamente un metro sesenta del suelo. Sentado, para llevar a cabo un trabajo que requiera una especial concentración, se encuentra el aislamiento necesario, pero al levantarse se puede recuperar el contacto con el entorno. La iluminación de las zonas de trabajo dirige parte de la luz hacia los escritorios, mientras el resto se dirige hacia arriba para iluminar de forma suave todo el espacio.
Los últimos modelos de negocio se basan en el trabajo en equipo, la descentralización de iniciativas y una mayor autonomía en la toma de decisiones de los trabajadores. La productividad es directamente proporcional a la capacidad de intercambio continuo de información. Por tanto, mientras más funcional es el trabajo, mayores incentivos hay para la comunicación y la cooperación. Para el departamento de competición, el taller y los boxes de pruebas se usa una fina estructura prefabricada. En el exterior, los paneles gruesos de pasta de cemento oscura, obtenidos utilizando procesos tradicionales, le dan al volumen una apariencia especialmente refinada.